1/21/2015

QUILICURA...UNA COMUNA APACIBLE

Al término del año 1959, nuestra comuna de Quilicura contaba con dos establecimientos educacionales.
Durante esa década y al inicio de la siguiente, la comuna de Quilicura no tenía más de 40 000 habitantes, quizás mucho menos.
Era un pueblo de carácter provinciano, de gran calma social y sus habitantes eran trabajadores del campo, artesanos y comerciantes.
La comuna estaba dividida en sectores geográficos cuyas denominaciones constituían la pertenecía por lo que los quilicuranos sentían un gran orgullo.
Es así como en esos años y también en los posteriores, la gente de Quilicura se identificaba según donde vivía.
Los barrios más reconocidos eran “el pueblo”, “las parcelas”, “la estación”, “San Luis”, “Lo Ruiz”, “Lo Zañartu”.
Es un pequeño detalle, pero estas denominaciones  se constituirían casi en una institucionalidad territorial, que no variaría durante muchos años.
La vida Quilicura giraba en torno a estos barrios, de tal modo que vivir en uno o en otro sector marcaba una gran diferencia.
En la comuna la vida trascurría lenta y tranquilamente, cerca de las nueve de la noche ya nada alteraba el descanso de sus habitantes. Unas muy débiles luminarias apenas dejaban ver las escasas calles pavimentadas que tenía la comuna.
La vida apacible y quieta y las noches en absoluta quietud sólo se alteraban al amanecer cuando decenas de gallos cantaban en uno y otro rincón, al mismo tiempo que una destartalada “micro” iniciaba su recorrido como servicio de locomoción colectiva.

Quilicura, durante la época de los años cincuenta y sesenta, contaba con un centro cívico. Como en la mayoría de los pueblos pequeños, el centro lo constituía la plaza y allí ocurrían las escasas manifestaciones públicas que había por esos años.
En la plaza de Quilicura se podía ubicar la Municipalidad, el Retén de carabineros, la oficina de correos  y la compañía de bomberos.
Tal era el centro cívico.
El centro del pueblo, no era más que unos cuantos pequeños almacenes, unas  verdulerías y la panadería de la esquina que eran los lugares de abastecimiento para la escasa población.

La postal y el paisaje de Quilicura, en aquellos años era la calle Matta que serpenteaba desde la carretera hacia el pueblo entre enredaderas, álamos , sauces y casas de adobe.

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