1/21/2015

LAS PRIMERAS ESCUELAS

Junto con la fundación, el día 10 de agosto de 1901, en la comuna se levantaron algunas edificaciones que tenían que ver con la necesidad  cultural y religiosa de sus habitantes, es de este modo que se inauguran dos establecimientos educacionales y se levanta una parroquia.
En los albores de la comuna, quilicura contaba con una población estimada en no más de veinte mil personas, gente que tenía como único objetivo transitar por la vida sin mayores problemas y tener trabajo para poder cumplir con esto.
No había grandes aspiraciones. De un modo u otro la tierra proporcionaba lo que las familias necesitaban y de esta manera,  la vida en el campo adquirió esta pasividad  por muchos años.
Uno de los establecimientos educacionales era la Escuela N° 32. Se trataba de una casona de adobes compuesta por una sala central y varias salas adyacentes que se ubicó a un costado de la estación de ferrocarril precisamente en el barrio en que los vecinos conocían como “la estación”.
En el barrio de “la estación” se había formado el primer villorrio que constituían unas cuantas familias que realizaban oficios vinculados al movimiento de los ferrocarriles.
En este barrio había surgido el comercio, merced a que el tren que iba rumbo a Valparaíso  se detenía allí, al igual como lo hacía en las decenas de estaciones que separaban la capital del puerto.
La Escuela 32, fue fundada el día 27 de septiembre del año 1902, estaba ubicada allí junto a un canal de regadío y prontamente, como era de esperar se reconoció  como “la Escuela de la estación”.
De este modo fue nominada por muchas décadas.
En algunos años posteriores, concretamente el día 05 de octubre, en 1914, en el centro de lo que era el pueblo se inaugura el segundo plantel educacional, la Escuela Pública número 165.
Era esta, una construcción de adobes compuesta de seis salas que daban hacia la calle José Francisco Vergara y contaba en su interior con un inmenso patio.
La educación pública en los albores de nuestra comuna estaba compuesta de la Escuela 32 y de la Escuela 165. En su conjunto  y durante la década de los años cincuenta y sesenta atendían no más de 400 alumnos.
Los alumnos correspondían  a los cursos de primero a sexto preparatorias.
Las salas de clases estaban compuestas de muebles muy pesados que compartían dos alumnos. En el centro del escritorio había un recipiente para el uso de la tinta. En ningún caso el mobiliario atendía las condiciones anatómicas de los niños.
Se trataba de niños muy pobres y de multiplicidad de edades que compartían la misma sala. En lo posible las familias enviaban  a sus hijas con un delantal de color blanco y el pelo tomado con unas enormes cintas para peinar sus trenzas.
Los niños vestían pantalón corto y camisa.
En muchísimos casos los alumnos acudían al establecimiento sin calzado y portando sólo un cuaderno y un lápiz atado de una goma de borrar.
La escritura se hacía sobre añosos cuadernos de color gris utilizando en algunos casos una “pluma fuente” y tinta para escribir.
Las condiciones económicas eran paupérrimas y la Escuela debía lidiar con todo tipo de carencias de parte de la comunidad escolar.

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